Dos chicas que viven juntas en un piso se encuentran ante la necesidad, relativamente urgente, de encontrar una tercera persona con quien compartir el alquiler. Hasta hace poco otra chica, llamada Anabel, ocupaba la habitación que ahora se ha quedado libre. El motivo por el cual se fue no está claro y, además, a ninguna de las dos les resulta agradable recordarla; un cierto sentimiento de culpabilidad flota en el ambiente. Entre los varios candidatos y candidatas a ocupar la habitación, todos ellos de su edad, reciben a alguien muy distinto. Se trata de un señor de cierta edad que, pese a no responder al perfil que ellas buscaban como compañero de piso, se gana su confianza e incluso les inspira la suficiente lástima como para decidirse por él. A las pocas semanas la adaptación del nuevo inquilino a las rutinas de ambas jóvenes no sólo resulta perfecta, sino que incluso se diría que, pese a la diferencia de edad, se comporta como el compañero de piso ideal. Sin embargo, poco a poco, empezarán a surgir evidencias de que el recién llegado es alguien mucho más extraño y misterioso de lo que en un principio parecía... |